Anoche, en el programa de radio Hablar por hablar reproducían la participación de una señora catalana que había decidido ir a la sede del Partido Popular y romper su carné de militante. La razón: estaba avergonzada de que su partido político apoyase que los toros se conviertiesen en un bien de interés cultural. Según decía, la fiesta de los toros es una barbaridad en la que un animal es torturado y la gente vitorea y aplaude como si fueran salvajes. Hacía referencia a la subida del IVA para el teatro, que sí que lo consideraba un arte, mientras los toros recibían subvenciones.
Razón no le falta, la verdad.

Hace unos días, el Congreso de los Diputación recibía una ILP (Iniciativa de Legislación Popular) que solicitaba que la fiesta taurina se conviertiese en un Bien de Interés General. Cómo no, el Partido Popular apoyó esta iniciativa y, si es aprobada finalmente, llevaría a un escenario en el que, primero, no tendría validez la ley autonómica que prohibe las fiestas taurinas en, por ejemplo, Catalunya; y segundo, el sector de la tauromaquía recibiría subvenciones del Estado.
Ayer mismo,
Alfred Bosch, el portavoz de ERC dijo lo siguiente durante el Debate del Estado de la Nación
En vez de dedicar 700 millones a los toros, rescaten a 5.000 desahuciados
Por supuesto,
Mariano Rajoy dice que es falso que se dediquen 700 millones a subvencionar las fiestas taurinas, a lo que
Bosch responde que ese dato lo ha publicado el periódico Financial Times. En cualquier caso, aunque le quitáramos un par de ceros y fueran 7 millones los que dedica el Estado, ya me parecería que está de más.
Fuentes:
20 Minutos
Público